Para esta actividad se nos solicitó venir
con ropa cómoda, para así tener mayor libertad de acción en lo que esbozaron
como una clase de movimiento creativo.
Al llegar el jueves al auditorio nos
encontramos con las sillas fuera un equipo de música y la disposición anímica
de nuestra PEC a comenzar la clase. Después de una semana de ajetreo y
estrés universitario una clase con ésta temática para nosotros fue un regalo
caído del cielo.
Comenzamos en silencio a movernos,
debíamos desplazarnos por todo el auditorio sin colisionar, pero tampoco con
patrones definidos.
Luego comenzó la acción cuando comenzamos
con los saludos; si efectivamente el ejercicio consistía en saludarse sin
palabras sólo el movimiento; la acción, de reconocerse de distintas maneras con
la persona que tuviéramos en frente. Saludos de manos, saltos, cariños, entre
muchas cosas constituyeron nuestra actividad en la que se puede apreciar como
el solo hecho de un toque puede tener efectos positivos en la persona la cual
lo recibe, lo que a nosotros como futuros terapeutas nos hace un llamado de
atención a no perder nunca la conciencia; de quien acuda a nosotros, de la persona,
que tiene sentimientos, afectos, carencias y como el sólo hecho de acciones
como el toque de las manos pueden obrar y ser beneficiosas en el vínculo
terapéutico como también en un tratamiento o rehabilitación.
Luego de esta fase a modo de relajarnos
antes de comenzar con la actividad nos ubicamos en columnas y al compañero que teníamos
en frente le prodigamos una especie de masaje; después de esto debíamos buscar
a una pareja y juntarnos sólo por la espalda y hacer una especie de comunicación
sólo mediante ésta parte del cuerpo, saludarse, acariciarse, pelear, entre un
sin fin de reacciones más que tuvimos que representar con la persona con la que
estábamos compartiendo ésta especial conexión, en ese momento con mi compañera
con la que me tocó ésta experiencia sentí como la energía de ella y la mía se
conectaban y era como que estuviéramos como en una especie de sintonía distinta
de todo el mundo, pero común entre nosotras dos. Finalmente tuvimos que
despedirnos de la espalda con la que compartimos esta especie de diálogo
extrasensorial y separarnos; al producirse el momento de la separación se
sentía una especie de frío; ya que se detuvo el flujo de energía de todo tipo
entre nosotras; pero igualmente en el ambiente se respiraba una esencia
diferente.
Luego con la música y por medio de
movimientos de hombros, manos, pies, por separado y de todo el cuerpo junto en
su momento; pudimos ver las diferentes proyecciones que podemos darle a nuestros
cuerpos, y como éstos nos pueden servir para expresar emociones, como también
para proyectar nuestra esencia. Finalizando éstos movimientos, se hizo una
reflexión final sobre lo que generaba esta actividad, y pudimos encontrar la
CONEXIÓN, COMUNICACIÓN, entre otras cosas. Finalmente y luego de esta
reflexión, retornamos el mobiliario al auditorio, nos despedimos y retornamos a
nuestros hogares.
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