En esta ocasión tuvimos, una pequeña
variación en la actividad, ya que coincidió con el día en que nos inyectaron la
segunda dosis de la vacuna anti-hepatitis B; por lo que varios compañeros tenían
una ligera incomodidad y dolor al mover los brazos, por esto juntaron a estos
compañeros y los mandaron afuera sin develar detalles, pero con un aura de
misterio que nos daba a entender que tendrían un trabajo diferente al nuestro.
Luego antes de comenzar separaron a otro
grupo más los cuales no querían moverse (por distintas razones), y los enviaron
a otro lado también con una misión en particular y no supimos cual era su misión
hasta tiempo después. Los que quedamos, comenzamos con desplazamiento lateral
por el auditorio simulando el caminar en medio de la calle, a medida que
transcurrió el tiempo, fuimos alterando la velocidad de éste ejercicio y en
ello donde en mi caso establecí una comparación con la vida en la capital; es
tan rápida, vemos tantos rostros, tantas personas en un día que podemos llegar
a enajenarnos por lo rápida que es la
existencia y los pocos momentos de tranquilidad que tenemos.
Luego de finalizado este ejercicio, la
clase continúa cuando comenzamos a mover nuestro cuerpo, por partes
primeramente relajándonos y soltando tensiones, para luego moverlo al ritmo de
la MÚSICA; manos, pies, dedos, caderas, todo en función de la expresión.
Después por medio de ésta música comenzamos a movernos para eliminar todas las
tensiones que aún quedaban y también,
para descubrir la importancia de nuestro cuerpo y como cada fibra de
nuestro ser puede servirnos para
expresar EMOCIONES y SENTIMIENTOS, que forman parte de nuestra interioridad y
esencia como personas.
Luego de terminar de descubrir todas
aquellas proyecciones que podíamos hacer de nuestro cuerpo en la música llegó
la hora de la práctica, el ejercicio consistía en dejar que nuestro cuerpo
fuera llevado por la música y transcurrido un tiempo, quedarnos estáticos,
hasta que un compañero repitiera el ejercicio y nos diera “vida” para luego
ambos quedar estáticos y repetir el ejercicio hasta que todo el grupo hubiera
pasado, finalmente cuando todo el grupo había hecho su intervención, nos
movíamos en diferentes direcciones como si tuviéramos hilos atados a nuestro
cuerpo y como gran final debíamos quedar todos como sin vida luego de este
ejercicio.
Lo hicimos en grupos y finalizada la
actividad se reunieron los tres grupos, primero nos presentamos, para que
nuestros compañeros apreciaran nuestro trabajo y luego fue el turno de los
demás uno de los grupos, hizo una
historia y movimiento por medio de las máscaras y en ellas se apoyaron para
enfatizar aún las emociones.
Finalmente se nos pidió a todos que nos tendiéramos
en el piso, cerráramos nuestros ojos y sintiéramos como el aire entraba a
nuestro cuerpo y mientras nosotros hacíamos este ejercicio el último grupo,
cuya labor era la desconocida, comenzó a tocar instrumentos que nos permitieron
eliminar todo rastro de tensión, cansancio, estrés y relajó nuestros cuerpos y
mentes; lo que fue de gran valor para nosotros, pues esta semana había sido la
más estresante en cuanto a los otros ramos y mediante este ejercicio pudimos
despejar nuestras mentes.
Luego de que se finalizara la
presentación de mis compañeras, se dio por terminada la clase y luego de
ordenar la sala, nos retiramos a nuestros hogares.
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